Los que tenían más experiencia al perforar, eran los maia; se agujereaban el labio, la nariz y las orejas para adornarlos con joyas.
Los romanos se perforaban los pechos para demostrar fuerza, las mujeres también se perforaban los pechos para darles volumen y para ser más atractivas.El piercing en forma de aro era un signo de la antigua realeza egipcia y estaba prohibido por aquellos que no fueran nobles.Las niñas indias llevaban aros en la nariz, una tradición heredada de las abuelas, a las niñas se les ponía un piercing antes de que se casaran, el aro se ponía en una esquina de la nariz o en otro dependiendo de la etnia a la que pertenecía la mujer. Si el aro se ponía entre los dos agujeros nasales, la perforación se denominaba Septum y actualmente todavía se hace en muchos lugares como por ejemplo la Polinesia o África.En África la tradición que hay entre las mujeres jóvenes solteras es hacerse grandes sus labios en el momento en que se prometen.
Desde la época de la inquisición ha habido algunas comunidades religiosas que han utilizado el anillo genital como método de expiación de la culpa y para la castidad. Los marineros y los piratas se ponían un arco cada vez que cruzaban el Ecuador.En la actualidad, los piercings se han difundido y es muy común encontrar gente con perforaciones por cualquier parte del cuerpo.
La brasileña Elaine Davidson, que ahora vive en Edimburgo, figura en el libro de los récord Guiness es, como pueden apreciar en la fotografía, por ser la mujer con más perforaciones en el cuerpo, pues cuenta con más de 4.200 piercings visibles y, según dice ella, 500 más dentro y fuera de los genitales.
